lunes, 16 de febrero de 2009

Mar

Las torres del Puerto Olímpico miran al mar. Desde ellas se ve el mar. Yo veo las torres del Puerto Olímpico, pero desde donde las miro yo no veo el mar. Ellas tampoco lo ven, no tienen ojos, sólo metal y cristal. Tal vez, si las miro bien, vea el mar en el reflejo de sus cristales. Lo intento, pero no lo consigo. Hoy en la estación, al despedirnos, he mirado tus ojos. Me miraban, son marrones. Pero en ellos sí que he visto el mar.

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