Hace unos años, cuando la crisis que todavía se ha empeñado en quedarse con nosotros estaba en uno de sus momentos álgidos, España entera se anestesió con los éxitos de unos cuantos señores que corrían en calzoncillos por un campo dándole patadas a una pelota, también conocidos como "La Roja".
Si no comulgabas con la locura colectiva, eras un traidor y un bicho raro.
No hemos aprendido mucho desde entonces.
Así imaginé durante aquellos días la radiografía de cualquier conciudadano "medio". El diagnóstico, tres años después, sólo ha hecho que agravarse. Y no hay medicación que nos cure.
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